Soy un mentiroso
Mi vida
Después de casi 10 meses trabajando en el restaurante, he descubierto algo que hace que me sienta algo gilipollas. No sé si ya te he contado que hay días en los que el jefe (Erik) tiene, vamos a llamarlo, cruzamiento de cables. De repente es como si sólo fuese capaz de ver lo que no hago bien y supone que puedo estar dentro de su cabeza para saber qué piensa, qué ve y qué quiere. No entra en razón y parece no querer entender las razones (o excusas) que le doy. Como si (ojo con la frase de instructor de yoga) no estuviese conectado con su corazón.
Está claro que esta es mi versión de los hechos y que, para hacerte una idea mejor, haría falta que él te enviara su boletín con su versión de los hechos. Aquí juego con ventaja para que te pongas de mi parte. La vida es injusta.
Esos cruzamientos de cables tienen unos motivos. Mi tendencia a olvidarme de hacer cosas que me manda, no hacerlas como él las haría o no ser proactivo son algunos de esos motivos. La última vez que ha pasado, esta semana, ha tenido un comportamiento muy sereno, la verdad. Va mejorando. Me dijo que yo le había dicho que yo había hecho algo que al final comprobó que yo no había hecho. Cosa que no era verdad.
Total, que lo que acabé descubriendo es que cuando él dice algo así como "ve al sótano y mira que todo esté limpio", lo que en realidad quiere decir es "sé que el sótano está sucio, límpialo". Y cuando más tarde me pregunta si está limpio y yo le digo que sí (porque lo he mirado y me ha parecido limpio), él entiende que le digo que lo he limpiado. Así que eso me convierte en un mentiroso y me hace preguntarme cuántos otros malentendidos habremos tenido por algo parecido.
¿Pero entonces estaba sucio el sótano? Eso, obviamente, DARÍA PARA OTRO CORREO. A modo de resumen, en un restaurante SIEMPRE hay cosas sucias. Lo difícil es saber a partir de qué punto algo se considera que está sucio, conocer dónde está ese punto para Erik y adivinar cómo varía este según su estado de ánimo del día. Sí, esa es mi excusa.
Tu vida (la moraleja)
Tengo una enseñanza zen sobre esta vivencia. La primera parte de la enseñanza puede sonar a "señor mayor que se cree que lo sabe todo y que el mundo siempre va a peor porque las generaciones que vienen están perdidas y que todo tiempo pasado fue mejor" y dice así:
"No hay nada nuevo bajo el sol,..."
Pero no sufras, en la segunda parte (creo que) lo arreglo:
"...sólo diferentes puntos de vista."
Cuando cambias tu perspectiva es cuando puedes ver cosas nuevas que ya eran.
Mi jefe me estaba diciendo que limpiara el sótano con un lenguaje confuso para mí. El mensaje estaba claro en su cabeza. pero en la mía era uno bastante diferente. Entiendo que tenemos puntos de vista diferentes a la hora de definir lo que es un mensaje claro (pista: siempre va a ser relativo). El mismo mensaje, ese que ya existe bajo el sol, se puede enfocar desde diferentes puntos de vista con un lenguaje diferente. Dependiendo de ese lenguaje, tendrá un efecto u otro sobre la persona receptora.
Cuando te escribo estos correos, probablemente no te digo nada nuevo cuando te comento que moverte no es una opción si lo que quieres es vivir con tranquilidad tu día a día. Sólo estoy cambiando el mensaje que tú, yo y todo el mundo tiene en la cabeza de: tienes que hacer deporte porque es bueno.
Cambio ese "tienes que" por el "si quieres". No es una obligación, pero la elección que hagas tendrá unas consecuencias. Cambio el "deporte" por "moverse". Porque el deporte, por definición, implica competición, normas y limitaciones; moverse no. Cambio el concepto de "bueno" por esa "tranquilidad en el día a día". Tranquilidad que te da, por ejemplo, saber que vas a poder cambiar la rueda del coche, mover un mueble de casa o ayudar a la abuela a levantarse del sofá. Porque eres fuerte y lo sabes.
P.D.: vivir con tranquilidad se ha convertido en uno de mis horizontes (que no metas u objetivos) desde que me leí el blog hecho libro de mi gurú del movimiento preferido.