No te digo ninguna mentira cuando afirmo que he recibido innumerables respuestas con dudas sobre el entreno de fuerza más corto de la historia. Pero también te voy a decir que esa afirmación no es más que un chiste matemático que puede que no entiendas y que no tenga gracia.
Si crees que lo has pillado, te leo en los comentarios.
Antes de trabajar en la cafetería me imaginaba teniendo conversaciones con los clientes sobre orígenes del café, métodos de extracción, gustos personales… Conversaciones de frikis a los que les gusta saber los pequeños detalles de cualquier mundillo, vaya. Y al final se trata más de explicar por qué el café que tenemos es tan caro y que, bien hecho, no debería estar amargo. O sea, ir al punto inicial de por qué debería interesarme el mundo del café más allá de “esa bebida que me tomo para despertarme”.
Si tuviera que hacer un ránquing de las dudas más frecuentes que me han llegado, la primera de la lista también tendría ese punto decepcionante para mí. Porque se trata de ir a lo básico, a lo importante. Básico de base, donde todo se sostiene, por eso es importante.
Total, que la duda más frecuente es la de “¿para qué ganar fuerza?”. Y la respuesta me parece tan básica que hasta me cuesta explicarla. Lo que me suele pasar por la cabeza es que estaría chulo que la persona que hace esa pregunta pudiese experimentarlo. Me explico.
No me considero una persona super cachas, pero siempre digo que estoy contento con mi condición física (por llamarlo de alguna manera). Y a veces me gustaría que existiera una máquina que te permitiera pasar tu conciencia a otro cuerpo. Como lo de la película Avatar. Te metes en una máquina y vives un rato en el cuerpo de otra persona.
Me gustaría que esa persona que no entiende por qué debería ganar fuerza se puediera meter en mi cuerpo y moverse un rato en un parque. Experimentar las posibilidades de las que dispone con ese algo de fuerza. Después de eso creo que entendería ese porqué. O puede que no. No todo el mundo da la misma importancia a las mismas cosas.
Ese, para mí, es el principal motivo para entrenar un poco la fuerza. Las posibilidades que tener algo de fuerza te da para cualquier opción de movimiento.
También están las posibilidades que te da el tener una buena movilidad articular (que puede que sea más importante), pero ahí aún no quiero meterme.
El segundo motivo sería a nivel de salud. Parece que es más importante la relación entre la masa muscular y la grasa corporal que esta última de manera aislada. O sea, que tener sobrepeso o estar en normopeso no dice tanto sobre la salud de una persona como la relación de ese peso con la de su masa muscular.
Y como último, y para mí menos importante, está la apariencia física. Tener más fuerza tiene como efecto secundario “verte mejor”. Aunque entiendo que puede parecer una opinión, pero creo que está en nuestra naturaleza ver la belleza en un cuerpo más fuerte. Y ya deberías saber que no estoy hablando de Termineitors ni culturismos.
La semana que viene te cuento la que puede ser la segunda duda más repetida respecto a mi fantástico método. Por ahora te lo dejo por aquí. Por si te apeteciera leértelo y probarlo:
P.D.: entiendo que hay personas para las que tener más posibilidades de movimiento no es una prioridad, pero creo que es porque todavía no han descubierto el placer de moverse.
Es aburrido, pero efectivo.